La geografía de nuestro país es resultado de cientos de miles de años de múltiples fenómenos geológicos que han conformado el variado paisaje de un Chile que cobija montañas, lagos, glaciares, desiertos, bosques y grandes campos de hielo.
El país se encuentra en una zona de convergencia de placas tectónicas, transformándose en un territorio de gran actividad sísmica que, durante siglos, ha ido configurando la escarpada geografía nacional, sus cordilleras y una gran diversidad geográfica, geológica y mineral.
La falla de San Ramón, ubicada entre los ríos Mapocho y Maipo, cruza en casi 50 kilómetros de extensión comunas tan populosas como Las Condes, La Florida y Puente Alto; lo que genera permanentemente movimientos telúricos. De acuerdo con los expertos, si hubiera uno de gran magnitud, podría causar enormes daños en importantes sectores de la Región Metropolitana.
De la variedad de nuestra base geológica dependen no solo los rasgos del paisaje que observamos en el entorno natural. También es un factor determinante para sustentar la biodiversidad y nuestros ecosistemas; a su vez nos provee una fuente esencial para nuestro bienestar y desarrollo, constituyendo el soporte de la riqueza escénica que nos caracteriza desde el extremo norte hasta la Antártica.
Las decisiones sobre el uso del suelo y las transformaciones del relieve, tanto en zonas costeras como en la cordillera andina, generan impactos cuyas consecuencias son irreversibles. Por ello, en la medida en que podamos evaluarlas oportunamente, estaremos mejor preparados para reducir los riesgos derivados de un inadecuado manejo de nuestra diversidad geológica y sus efectos sobre las comunidades locales. Chile enfrenta la urgencia de intensificar los esfuerzos para generar información y nuevos conocimientos sobre sus procesos y condiciones de sostenibilidad.
El 6 de octubre, precisamente el Día Internacional de la Geodiversidad, es una fecha que nos invita a la reflexión sobre cómo queremos seguir construyendo el espacio que habitamos y el que queremos dejar a quienes lo habitarán en el futuro.